DE LA CRIANZA CON CARIÑO APLICADA A LA DOCENCIA TERCERMUNDISTA
A propósito de una breve discusión virtual en la cual me metí con un impersonal interlocutor, me permito hacer algunas acotaciones a lo que yo he dado en llamar, "La crianza con cariño aplicada a la docencia". Inicialmente a manera de antecedente, menciono que soy Maestro de Educación Primaria Urbana graduado con honores en 1990 de la Gloriosa Escuela Normal Central para Varones y Licenciado Cum Laude por la Universidad Galileo en Informática y Administración de Negocios. Tengo 11 años de servicio docente en el MINEDUC y he impartido clases en todos los grados de la educación primaria. He sido facilitador del proceso de alfabetización trabajando con jóvenes y adultos y soy padre de dos hijos varones de 15 y 11 años.
No está demás indicar pues que tengo alguna experiencia en cuanto a los conceptos que a manera de sinopsis, voy a compartir. Lo cual, no me exime en ningún caso de haber cometido y seguir cometiendo errores, como cualquier otro mortal.
Primeramente el concepto de "La crianza con cariño aplicada a la docencia" no puede aprenderse como un contenido académico en ningún centro de formación docente. Debe nacer de un corazón sincero y debe ser una actitud de vida. Una actitud de servicio al prójimo con una alta dosis de empatía frente al estudiante. Acá van pues algunas ideas, que no van a servir de nada si no hay un interés genuino en desarrollar un vínculo de afecto mestro-estudiante.
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No está demás indicar pues que tengo alguna experiencia en cuanto a los conceptos que a manera de sinopsis, voy a compartir. Lo cual, no me exime en ningún caso de haber cometido y seguir cometiendo errores, como cualquier otro mortal.
Primeramente el concepto de "La crianza con cariño aplicada a la docencia" no puede aprenderse como un contenido académico en ningún centro de formación docente. Debe nacer de un corazón sincero y debe ser una actitud de vida. Una actitud de servicio al prójimo con una alta dosis de empatía frente al estudiante. Acá van pues algunas ideas, que no van a servir de nada si no hay un interés genuino en desarrollar un vínculo de afecto mestro-estudiante.
- Tratar a mis estudiantes por su nombre completo. Primero y segundo nombre. No apellidos ni claves. Averiguar si alguno de sus nombres no le gustan para evitar decirle así.
- Hay que tener un mecanismo que de manera aleatoria me arroje los nombres de mis estudiantes, para que no pase un solo día de docencia que yo no interactúe personalmente por lo menos con 10 o 15 estudiantes.
- El momento de la lectura, es un momento ideal en el cual debo aprovechar para entrevistar a mis estudiantes sobre lo que han leído, lo que más les ha gustado, cómo lo aprecian desde su realidad actual, etc.
- Al momento de hablar con un estudiante, debo verlo a los ojos de una forma afectuosa y preguntar ¿cómo estás? ¿que tal tus papitos? ¿que tal todo en casita? y cosas así, después dejar que hablen de una forma natural. Eso me ayuda a conocer mejor su realidad y me mueve aún más hacia la empatía con ellos. De a poco mostrarles más interés por aspectos específicos de su vida familiar.
- Evaluar con objetividad un trabajo considerando que los que aparentemente "están feos" seguramente fueron hechos por los niños sin ninguna ayuda. No bajarles puntos, sino decirles en donde pueden mejorar y los que están "rebonitos" no perder la oportunidad de preguntar ¿quién te ayudó? haciendo énfasis en la importancia de que hagan sus tares de la manera más autónoma posible y felicitarlos por ser honestos.
- Cuando algún estudiante reclame por una nota injusta, si tiene la razón, ponerle puntos extras por defender sus derechos y animarse a objetar. Si no tiene la razón explicarle claramente cual ha sido su error.
- No dejarles tareas los viernes ni en períodos vacacionales. Hay que dosificar y calendarizar las actividades de zona para que, quienes mantengan el ritmo de trabajo, nunca lleguen a sentirse ahogados en tareas.
- Nunca perder la oportunidad de celebrar un buen desempeño en el aula o fuera de ella.
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