miércoles, 2 de junio de 2010

NUESTRO PRINCIPAL ACTIVO

Definitivamente la única y verdadera riqueza es la del corazón.

He escuchado muchas veces a padres de familia que dicen a sus hijos “estudien porque la educación es la única herencia que les puedo dejar y la única que nadie jamás les podrá arrebatar...”. Primera objeción: la educación implica un proceso de autodescubrimiento de nuestras mejores aptitudes, habilidades y destrezas como seres humanos y la disposición de esas características al servicio de la sociedad. Una fracción del concepto de educación es la instrucción, que es el término que generalmente se homologa a educación, por tanto el cúmulo de información que los sistemas educativos formales nos proveen no constituyen en sí mismos educación. Segunda objeción: toda esa información puede en un momento no estar disponible y por lo tanto dejar de ser útil, he oído de un gran ingeniero que sufrió un accidente y textualmente se le formateó, el disco duro, declarado legalmente interdicto dejó de ser ingeniero. Entonces casi que lo único seguro que nos va quedando es un algo que yo creo verdaderamente invaluable: nuestras relaciones con otros seres humanos y los vínculos afectivos que establecemos a lo largo de la vida. Eso sí que es perdurable.

Nuestras relaciones familiares, laborales, sociales, etc. van dando forma y sentido a nuestra existencia y constituyen nuestra mejor carta de presentación. Yo lo entiendo así: si gente me ama y me aprecia genuina y desinteresadamente hoy más que ayer, en esa medida puedo decir que hoy soy mejor que ayer.

A lo largo de la vida este es nuestro activo más importante: nuestras relaciones. Esta entrada se las dedico a todas esas personas que han llegado a mi vida y me han ayudado a ser mejor, mis padres, mis hermanos, mis maestros, mis amigos, mi esposa, mis hijos, mis compañeros de trabajos y una largo etcétera que definitivamente se lo agradezco a Dios. Pero así como todo, las relaciones nacen, crecen, evolucionan y muchas veces llega un momento en que materialmente debemos seguir rumbos diferentes. Eso ha sucedido en estos días pues el director de la oficina en que laboro ha sido nombrado a otro puesto, de mayor responsabilidad, es alguien que he llegado a admirar como un líder positivo y como un agente de cambio no solo a nivel organizacional sino en lo que más importa y que es materia de esta entrada: las relaciones humanas.

El Licenciado Miguel Ángel Reyes Gómez, un humanista de alto calibre, acude a otros derroteros en la vida, en lo que a mí respecta le auguro los mejores resultados pues para mi es de esa gente que no solo Guatemala sino el mundo necesita. Gente que, sin dejar de lado el desarrollo profesional, se ocupe de mejorar nuestras relaciones, repito: nuestro activo más importante.

Gracias por todo Licenciado, que Dios lo siga bendiciendo.

viernes, 14 de mayo de 2010

PANAJACHEL


Increíble...a mis 38 años vengo a conocer Panajachel. Bueno, en verdad durante mis doce años de trabajo en el periódico a penas si pude salir unas tres veces de la ciudad y antes conocí mucho de mi lindo país pero no Panajachel. ¡lindo lugar!

Lastimosamente es un ecosistema profundamente alterado por la inconsciencia de nosotros los humanos que pensamos que el mandato divino de "sojuzgad la tierra" nos da derecho a destruirla.

Conocía el lago de Atitlán, pero desde otra perspectiva (visto desde el volcán Tolimán), este mes de mayo hice una de las 100 cosas que deseo hacer antes de escapar de este mundo... estar de frente a ese paisaje impresionante tan conocido al rededor del mundo.

Disfruté el arrodillarme ante el altar de la iglesia católica de Panajachel y rodeado de fieles lugareños, escuchar sus oraciones en kakchichel, en verdad la fe rebasa las barreras idiomáticas: casi podía entender, una experiencia mística maravillosa.

Lo mejor de todo es que ahora solo me quedan 99 cosas pendientes por hacer antes de mi boda con la eternidad...espero el tiempo me dé.

sábado, 30 de enero de 2010

COMPETITIVIDAD


¿Qué implica ser competitivo? ¿Acaso no implica superar a otros, seguir adelante y dejarlos en el
camino? Yo entiendo el ser competitivo como la antítesis de la fraternidad, de la solidaridad, ser
competitivo es la antítesis del amor.

Hoy mi hijo José Pablo, asistió a su primer día de clases y estuve escudriñándo en mi compendio
de "sermoncitos", algo para darle; algo que no se le olvidara fácilmente. Tiene diez años, pero percibo
como que definitivamente va a ser un adolescente prematuro, sin embargo como papá lo sigo viendo
como un bebé...si ya sos padre o mádre, sé que me comprendés...

Después de pensar un rato le dije que no se olvidara que cada instante es único, por lo tanto los aciertos
y errores cometidos no tienen porqué afectar el presente más que para aprender de ellos (me gusta la
frase"porqué seguir cometiendo los mismos errores habiendo tántos errores nuevos por cometer...") y
que al único a quien debe superar es a sí mismo...que no es ni más ni menos que nadie, por lo que lo
peor que puede hacer es juzgarse tomando como punto de referencia a otros, alabé sus virtudes y le
recordé que es un niño inteligente, cretivo y noble.

Luego, para mi adentro me pensé que me quedé corto...recordando las palabras del Maestro..."aquel
de ustedes que quiera ser el más grande en el Reino de Dios deber hacerse el más pequeño entre sus
hermanos". ¿En dónde cabe acá la competitividad?

Definitivamente nuestra cultura occidental, predominantemente cristiana, está cimentada en una grave
disyutiva...pues los conceptos de globalización, competitividad, etcétera no se perciben por ningún lado
en las tradiciones cristianas primitivas...hago esta aclaración porque en la llamada teología de la
prosperidad se han forzado los conceptos hasta que sus adeptos los perciban en la ecuación:

PROSPERIDAD MATERIAL = BENDICIÓN DE DIOS

Si esto fuera así entre los humanos más bendecidos estarían los astros de la farándula, adictos a los
antidepresivos que se acojen cíclicamente a centros de desintoxicación, los póliticos corruptos que, una
vez salen del poder se exilian en algún paraíso fiscal a escribir sus memorias o los capos y mafiosos
que gastan sus fortunas en procurarse seguridad, en retorcer las leyes y en comprar voluntades.

Si de eso se trata la competitividad...hijito mío no seas competitivo, por el contrario sé féliz, sé fraterno,
sé solidario y tomá en serio lo que te dije en son de broma: disfrutá y dejá que los demás te disfruten.

Con todo amor.

Tu papá.